LA TELEVISIÓN PÚBLICA DANESA “DR2” EMITE UN POLÉMICO PROGRAMA DE DEBATE, CON LA PRESENTADORA MUSULMANA PORTANDO EL VELO ISLÁMICO. LA INICIATIVA PONE EN GUARDIA A MOVIMIENTOS FEMINISTAS

Es palestina. Se llama Asmaa Abdol-Hamid y tiene 24 años. Desde el pasado miércoles presenta una serie de ocho programas de debate abierto, en el segundo canal de la televisión publica danesa, “DR2”.
El programa, bajo el título generérico “Adam og Asmaa” aborda las relaciones entre el Islam y Occidente, tomando como punto de partida las controvertidas caricaturas de Mahoma, publicadas primero por el diario danés “Jyllands-Posten” y después por numerosas publicaciones que provocaron intensas reacciones de los fieles musulmanes en todo el mundo.
Junto a la presentadora con el velo en la cabeza aparece otro co-presentador (Adam), con la cabeza rapada, cuyo  papel consiste en defender a capa y espada la libertad de expresión en los países democráticos.
Las primeras reacciones críticas contra esta iniciativa televisiva no se han hecho esperar. La presidenta de la asociación “Kvinder for  friehed” (Mujeres por la libertad), Vibeke Manniche, ha declarado públicamente que el programa es “un insulto”, tanto para la mujer danesa, como para la musulmana. Dice que con estos programas se pretende difundir un mensaje para justificar que la mujer se vea obligada a cubrirse la cabeza cada vez que tenga que salir calle…
Además, la misma organización feminista denuncia que la presentadora elegida forma parte de un grupo musulmán que presentó una querella por la publicación de las viñetas del profeta Mahoma ante los tribunales de justicia daneses.
Por esta razón la considera “radical” y alejada de la imparcialidad que debe primar en la televisión pública.
Entrevistada por el diario danés “Politiken” (centro izquierda), la presentadora en cuestión, Asmaa Abdol-Hamid, se defiende de las críticas feministas, explicando que para ella llevar el velo “es una opción religiosa” que no tiene “nada que ver con la represión contra la mujer…”(sic).
Como detalle peculiar, la conductora del programa se niega a dar la mano a los invitados de sexo masculino, como así lo impone la costumbre islámica de corte fundamentalista.
Otra visión distinta de la polémica, está reflejada en el foro feminista (Feministisk Forum) que, al contrario, sale en defensa de la presentadora porque “es una prueba de la igualdad ética y entre sexos en Dinamarca”, según se afirma en un comunicado.
La dirección de la cadena pública, por su parte, para justificar el controvertido nuevo estilo de programas argumenta que “las mujeres con velo también forman parte de la sociedad danesa”, según palabras de la directora del programa, Arne Notkin.